Hace algo más de un año compartíamos con nuestros afiliados un informe que daba cuenta de los recaudos y medidas que adoptamos para afrontar la pandemia iniciada apenas unos meses antes. Allí afirmábamos que “a pesar que en este tiempo la Caja Forense vio drásticamente reducidos sus ingresos por la falta de aportes y por la extraordinaria erogación que demandó el mantenimiento de los servicios asistenciales, se tuvo en consideración que debía profundizarse el principio de solidaridad que rige la institución, debido a la disminución de ingresos de los afiliados que se vieron imposibilitados de trabajar dada la feria dispuesta para el Poder Judicial. Por ello, resolvimos prorrogar los vencimientos de deudas y retrotraer el monto del aporte mínimo”.

 

En el marco de un escenario que paulatinamente fue recuperando cierta normalidad y cuando gradualmente se fueron habilitando las actividades presenciales, queremos compartir un informe sobre las consecuencias del esfuerzo realizado para dimensionar el impacto que estos dos últimos años de pandemia produjeron. Para ello, tomamos como referencia los últimos cuatro años, de modo tal de considerar un período que contemple los primeros dos años SIN pandemia y los siguientes dos CON pandemia aún en curso.

 

En este sentido tomamos en consideración algunos indicadores que remiten tanto a los INGRESOS como a los EGRESOS de carácter ordinarios de la Caja Forense, para contrastarlos entre sí, de acuerdo al siguiente detalle:

cuadro evolucion

Y cuyas respectivas evoluciones se pueden observar en el siguiente cuadro comparativo:

cuadro1 evolucion

A modo de ejemplo adjuntamos los valores convenidos y/o establecidos en 2018 y los que actualmente a agosto de 2021, para observar su evolución:

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 De igual modo, adjuntamos datos sobre las facturaciones abonadas en concepto de gastos Farmacéuticos y Odontológicos en el mismo período 2018-2021:

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Desde el Directorio estamos convencidos que la diferencia de costos que tuvo que absorber Caja Forense en un contexto recesivo e inusual, fue necesaria para sostener la plena vigencia de los servicios asistenciales y la continuidad de los tratamientos, aún a costa de los compromisos financieros que debimos asumir para afrontarlos.

 

            De allí entonces que con el mismo espíritu orientado a la sostenibilidad institucional de la Caja Forense, es no sólo una necesidad, sino también nuestra responsabilidad, propender a un gradual equilibrio entre los ingresos y los egresos que restituya la relación preexistente a la pandemia.

 

            Como puede comprobarse en los cuadros precedentes, surge claramente el desfasaje entre los aportes exigibles (que constituyen los ingresos genuinos de la C.F.) y los aumentos del resto de los indicadores que –en promedio- duplicaron a la evolución de los aportes. Esta realidad –que como dijimos fue producto de una meditada decisión del Directorio en solidaridad con la delicada situación de nuestros afiliados ante la pandemia- nos revela que para mantener un sistema de salud con acceso a mejores y mayores prestaciones, es necesario dotar a la Caja de los recursos necesarios, exigiendo el cumplimiento en tiempo y forma de los aportes correspondientes.