Hace algo más de un año compartíamos con nuestros afiliados un informe que daba cuenta de los recaudos y medidas que adoptamos para afrontar la pandemia iniciada apenas unos meses antes. Allí afirmábamos que “a pesar que en este tiempo la Caja Forense vio drásticamente reducidos sus ingresos por la falta de aportes y por la extraordinaria erogación que demandó el mantenimiento de los servicios asistenciales, se tuvo en consideración que debía profundizarse el principio de solidaridad que rige la institución, debido a la disminución de ingresos de los afiliados que se vieron imposibilitados de trabajar dada la feria dispuesta para el Poder Judicial. Por ello, resolvimos prorrogar los vencimientos de deudas y retrotraer el monto del aporte mínimo”.
En el marco de un escenario que paulatinamente fue recuperando cierta normalidad y cuando gradualmente se fueron habilitando las actividades presenciales, queremos compartir un informe sobre las consecuencias del esfuerzo realizado para dimensionar el impacto que estos dos últimos años de pandemia produjeron. Para ello, tomamos como referencia los últimos cuatro años, de modo tal de considerar un período que contemple los primeros dos años SIN pandemia y los siguientes dos CON pandemia aún en curso.
En este sentido tomamos en consideración algunos indicadores que remiten tanto a los INGRESOS como a los EGRESOS de carácter ordinarios de la Caja Forense, para contrastarlos entre sí, de acuerdo al siguiente detalle: